¡Me extraña – me dijo un día
cierto amigo con enfadado –
que «tan grande » te dediques
a la cía de Canarios!
¡Mira que perder el tiempo
metido entre pajarracos..!
Y así – le respondí –
aunque te parezca raro
Algunos gustan del fútbol,
o carreras de caballos,
o las bochas, o el billar,
el remo, o el salto en largo,
o pasan las horas muertas,
con una linea, pescando,
o…dejan en un garito
el fruto de su trabajo.
Yo en cambio -pierdo mi tiempo-
a la vera de mis pájaros,
y el cariño que les tengo
hace extremar mis cuidados.
Ellos pagan mis desvelos
con los trinos de su canto.
Es su compañía amable
y son mis amigos gratos,
de los que no tendré nunca
desaires ni desengaños.
Ya ves… yo vivo mi vida
cuidando de mis canarios,
saturado el corazón
de mil sentimientos diáfanos.
¡Ya quisiera mucha gente
tener el alma de un pájaro!
¡sería el mundo más bueno,
y los hombres, menos malos!.
Matias Mallorca (Canaricultor y Poeta Argentino, Nuestros Canarios 1956)
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