INNOVACIÓN
Refresca en una terraza
en una noche estival
y distraído contempla
a los que vienen y van.
Van cruzando por su mente
los sucesos de aquel día
y don benjamín recuerda
de sus canarios las crías.
Quince parejas ha echado
y tiene una huevería
y los que nacen se mueren
a los cuatro o cinco días.
Se encuentra muy apenado,
ha perdido la alegría
y no sabe a qué achacar
por qué se mueren las crías.
Una voz muy conocida
rompe su meditación
y ve parado ante él
a un amigo de afición.
Después de un cortés saludo,
la pregunta de rigor
¿qué tal se ha dado la cría
y cuántos machos sacó?
Al contestarle su amigo,
se le ha nublado la voz
y noblemente confiesa
que este año fracasó.
Este muy por el contrario
es todo satisfacción,
pues en número y calidad
todos sus planes logró.
Don benjamín tiene dudas
y el caso no es nada nuevo
de que los pollos se mueren
por exceso de huevo.
Su amigo se lo confirma
al decirle no lo dudo
que para criar canarios
perjudica el huevo duro.
Y este año mi triunfo
se lo debo, ya esta visto,
a que en vez de huevo duro
yo se lo ponía frito.
En la práctica diaria
he podido deducir
ye que el cocido se pasa
y el frito no tiene fin
Don Benjamin complacido
ya piensa en el venidero
y cree mejor preguntarles
¿Cómo queréis hoy el huevo?